Al sur de Malawi, África, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras organizaciones de ayuda humanitaria retiraron a sus empleados de las instalaciones en la zona por linchamientos y otros actos de violencia que inmiscuyen a «vampiros» y hechiceros.
Turbas bloquearon las carreteras de Phalombe y Mulanje, ciudades al sur de Malawi, buscando presuntos vampiros desde mediados de septiembre. Hasta ahora la población linchó a cinco sospechosos de practicar vampirismo y beber sangre humana en rituales. La última víctima de los locales enloquecidos de miedo fue un hombre con retraso mental que deambulaba por Thyolo. Lo acusaron de fingir su locura y lo asesinaron a golpes, informó Lloyd Maida, portavoz de la Policía.
Peter Mutharika, presidente de Malawi. *Foto: Reuters.
Creer en hechos paranormales y en brujería no es nuevo en las áreas rurales de Malawi, uno de los países más pobres del mundo, donde además se funden muchas creencias religiosas como las tribales, cristiana y musulmana. Ya en 2002 surgió una ola de violencia por las mismas razones, pero entonces los pobladores declararon a la BBC que les robaban la sangre.
Las autoridades dicen haber identificado el origen de los rumores en Mozambique, país vecino que también padece una aguda pobreza. El presidente de Malawi, Peter Mutharika, calificó los hechos como «angustiantes» y ha llamado a las ONGs a volver pronto pues la ayuda humanitaria en su país es necesaria. Aunque no es el único mal que aqueja a la población, pues la violencia por xenofobia, diferencias religiosas o el abuso contra personas albinas (a las que se les usa para actos de brujería) son males comunes.
En 2015, el gobierno de Malawi ordenó a sus nacionales salir de Sudáfrica por ataques xenófobos. *Foto: EFE.
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