El gobierno egipcio se plantea la posibilidad de comercializar con cocodrilos del Nilo, una especie que vive exclusivamente en la ribera de uno de los ríos más largos del mundo y del que sólo quedan unos pocos miles.
Exportar este tipo de cocodrilos, uno de los tres que habitan el continente africano, pueden costar unos 400 dólares según cálculos del ministro de medio ambiente egipcio Jaled Pahmi. El dinero ayudará al país más poblado del mundo árabe a generar ingresos que le ayuden a pagar sus deudas.
La idea es vender los cocodrilos a otros países para introducirlos en nuevos ambientes.
El gobierno apuesta por esta especie ya que la Convención sobre el Comercio Internacional de Fauna y Flora en Peligro (CITES, por sus siglas en inglés) cambió el estatus –pasó del apéndice uno al dos– del cocodrilo del Nilo en 2010.
Antes era imposible comercializar con la especie. Ahora se puede hacer con ciertas restricciones, como la cantidad de ejemplares que quedan vivos y el ecosistema al que se quiere introducir.
Pahmi le comunicó al consejo de ministros, durante una comparecencia la semana pasada, que el gobierno podría comenzar a vender cocodrilos a partir de 2020.
Pero los problemas van más allá de la conservación y el cuidado de los animales.
En mayo pasado, tres cocodrilos de esta especie aparecieron en los pantanos de Florida, en el sureste de los Estados Unidos. Su gran tamaño, comparado con los reptiles locales, impactó a los habitantes de la zona.
Un estudio de ADN confirmó tres meses después que las muestras analizadas pertenecen a especímenes que sólo se encuentran en Egipto, a 10 mil kilómetros de distancia de la Florida. Las autoridades medioambientales locales confirmaron que los cocodrilos no llegaron por voluntad propia, sino que fueron traficados por una red criminal que comercia animales exóticos.
El cocodrilo del Nilo, confinado a un espacio muy pequeño en la zona del río localizado en el sur de Egipto y el norte de Sudán, podría extinguirse en las próximas décadas.
De hecho, los expertos difieren en el cálculo de cuántos cocodrilos quedan en el Nilo. Las cifras varían entre los 3 mil y los 15 mil en este contexto, una eventual comercialización podría ser catastrófica.
Los biólogos temen que, como sucedió con el caso de la pitón birmana, de origen asiático pero que se estableció en los pantanos norteamericanos en la década de los 80, los cocodrilos del Nilo alteren el ecosistema por sus hábitos alimenticios. Varias especies en peligro de extinción que habitan la región son potenciales presas.
Aunque las autoridades egipcias buscan dar un golpe mediático más que realista, la idea del ministro de medio ambiente levantó reclamos de organizaciones de protección animal.
“Un paso necesario antes de tomar la decisión sobre el uso comercial de los cocodrilos debería ser un análisis independiente de la población de esta especie” le dijo al periódico español El Mundo el activista Nur Nur, director de Nature Conservative Egypt, una ONG local que busca proteger el medio ambiente.
“Antes de empezar a vender ejemplares, debemos pensar en una inversión para asegurar el bienestar de las poblaciones salvajes”.
Egipto lidia con una severa crisis económica desde hace por lo menos cinco años por lo que el presidente Abdelfatah al Sisi ordenó fijar los precios de los productos básicos a principios de esta semana, que habían sido vendidos a precios muy altos debido a la escasez y la inflación.
Casi un tercio de la población vive bajo el umbral de pobreza y la deuda externa es equivalente al Producto Interno Bruto (PBI) generado por el país.