Seguramente dos preguntas te surgieron a partir de este título:¿Cuál es el “arte” de ser mujer?
y
¿cómo ésta se encuentra a sí misma en la destrucción?
Antes de responder con algunas fotografías del artista que contrastó la belleza femenina con construcciones y espacios abandonados, Romay WG, te invito a que reflexiones sobre la concepción que cabe en ti acerca de la mujer y su femineidad.
El fotógrafo que capturó a algunas modelos sobre fondos olvidados, industrias desahuciadas, construcciones en escombros y algunos paisajes naturales, tenía una idea excepcional sobre retratar la belleza con la que el poder de una mujer puede transformar estos espacios, nombrando “All Is Not Lost” a esta serie de composiciones fotográficas.
La figura femenina representa todo lo que en capas externas dista bastante de la fortaleza, la mujer es la viva imagen de aquel ser que, como una flor delicada y fácilmente destructible, se posa sobre el mundo esperando ser protegida para poder florecer.
*Flores marchitas, por todas aquellas mujeres
La belleza absoluta radica en el vientre dadivoso con el que la mujer gesta y crea la vida; la perfección eterna siempre acompañará el alma de las que fueron hechas para apiadarse del otro y abnegarse por el bien de todos.
Pero ¿qué pasa si la mujer es más que débil, valiente y volátil? ¿La feminidad pierde cundo la delicadeza se convierte en una fortaleza encaminada por la pasión? ¿La belleza se desvanece ante la falta de deseo de cargar con más vida dentro de otra? ¿Una se volvería imperfecta si antes que en otro, nos empeñáramos en nosotras mismas?¡Por supuesto que no!
*El ideal de belleza que debes cumplir según el país donde vives
La mujer es, por el hecho de ser antes que cualquier cosa, un ser humano, y todo ser humano vivo existe, y todo lo que existe y vive, posee y no sólo da.
La mujer es todos los porvenires con los que la vida te demuestra que sólo hay una, es la luz que brilla aún en lo más hondo del mar, es el conjunto de límites que mantienen al mundo en órbita, es la esencia de lo que une agua y tierra, y es el cuerpo de donde brotan las alas de la esperanza con la que resurgen vestigios enteros de simples cenizas.
El papel femenino se basa en la armonía de su suavidad con la ferocidad, su naturaleza está hecha de olvido y excepciones, por lo que tiene el poder de desafiar al tiempo y transformarlo en dosis perfectas de amor y cura.
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“No me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! —y en esto soy irreductible
— no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue —y no otra— la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres…
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
“¡María Luisa! ¡María Luisa!”… y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera…,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes…
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando”.
Oliverio Girondo-
Es por eso que aún en la adversidad, sobre la destrucción abismal, el abandono súbito y un absurdo caos, la mujer siempre resplandece, continúa irradiando luz y calor, emerge de entre las sombras y suena en el eco de un enorme silencio.
La definición femenina se reinventa a ella misma para abolir barreras y reconstruir las piezas muertas, desatando una serie de momentos que regresan a la vida a todo lo que el frío y el vacío se habían llevado.
La sensualidad femenina no envenena, regala y entrega, lo que no se dice es todo lo que se demuestra y lo que la mujer toca se convierte en parte de su obra.
En el arte femenino está el jamás abandonarse, aún en la reticencia de un mundo contra ella, aún hincadas sobre la esquina que nos disfraza de extrañas en un mundo más nuestro que de nadie más.
Encontrarse a una misma no se trata de verse como en el reflejo de un espejo, sino de percibirse como se siente a otro sobre nosotras, de comprenderse como se entiende al que escuchamos y de amarse tanto como amamos al mismo de quien decidimos enamorarnos.
Para la búsqueda femenina nada está perdido y todo se considera posible, tan viable como las cuatro estaciones del año, tan cierto como los granos de arena debajo del mar y tan real como la luna que mengua las noches sobre nuestro descansar.
Así es ella, así somos todas las que a través de cada poro entibiado por la sangre que recorre nuestras venas seguimos buscando hasta encontrarnos aún en la destrucción de todo lo que nos rodea.
El trabajo de Romany es un visionario proyecto con el que trata de conectar dos fundamentos opuestos y hermosos a la vez, de los cuales obtuvo una combinación tan única como bella, “No todo esta perdido” tiene cinco años retratando lugares y mujeres que luchan entre ellos hasta compenetrarse con esa fuerza que ambos elementos de la fotografía traen consigo.
Las series fotográficas siempre mantienen una relación entre cada imagen que la conforma, además de un objetivo con o para el que se capturan estas fotografías, esto puedes comprobarlo a partir de las 5 fotografías que desafiarán tu imaginación o a través de las Fotografías de mujeres fuertes que luchan contra un trastorno alimenticio.