Amedeo Modigliani era un prolífero pintor que destacó en el expresionismo y foxismo, debido a la tristeza que sus retratos reflejaban. Caras largas, ojos grandes y colores sombríos le daban a la obra del autor un aire melancólico. Su fama llegó luego de su muerte, la cual se vio marcada por una serie de adicciones de las que él no era totalmente consciente. Se cuenta que lo tenía todo a su disposición –drogas, alcohol y mujeres– por lo que para él ningún exceso era anormal.
Su adicción al sexo era la que lo tenía más cegado que nada; como era de esperarse, Mogdigliani murió a causa de una meningitis provocada por los tóxicos que consumió en exceso. Debido a ésa polémica, su vida “novelada” se hizo cada vez más popular y, lamentablemente, ahora es más conocido por su melodramática existencia que por su obra pictórica.
Como Modigliani, muchas personas sufren de adicciones sin siquiera saberlo. La cotidianidad del Internet ha hecho que naturalicemos algunas prácticas anormales; por lo que hoy la pornografía es una de las adicciones más comunes. Mirar videos eróticos y explícitos es adictivo, casi como la dependencia que genera la heroína o la cocaína. No obstante, hacerlo de manera compulsiva pasa como una actividad inadvertida debido a que no se trata de la ingesta de una sustancia ilegal, sino del uso de la web para obtener placer.
El consumo de pornografía es tan elevado actualmente que el Journal of Sexual Medicine hizo un estudio con el que demostró que existen tres tipos de usuarios que miran porno on line: recreativo, compulsivo y angustiado. En conjunto con la Universidad Laval en Quebec, Canadá, realizaron una exploración voluntaria de 830 personas. A todos ellos les aplicaron un cuestionario sobre satisfacción sexual y la frecuencia con la que tienen relaciones.
La prueba casi definitiva fue cuando, con tres preguntas muy directas, analizaron los hábitos de consumo de material pornográfico. A partir de estas mismas interrogantes podrías descifrar el tipo de consumidor porno que eres:
¿Qué tanto te esfuerzas para tener acceso a la pornografía?
¿Cómo te sientes luego de verla?
¿Qué tan compulsivo es tu uso?
Luego de hacer un sondeo extra en donde analizaban más a profundidad a estos grupos; 75 % de los participantes fueron catalogados como “recreativos”, pues consumían porno aproximadamente 24 minutos a la semana. Lo destacable es que en este grupo hubo más mujeres y personas que se encuentran en una relación.
Por otra parte, el 12.7 % cayeron en la categoría denominada como “angustiados”. Este sector afirmó haber visto 17 minutos de material pornográfico semanal, lo que denota su preocupación y vacío emocional luego de terminar.
Por último, el tercer grupo –al cual lo reconocieron como “compulsivo”– comprendió el 11.8 % de los encuestados. Ellos vieron, mínimo, 110 minutos de porno a la semana y declararon que después de consumir el material simplemente se sintieron satisfechos, no importaba si la experiencia fue real o no. Por otro lado, ninguno de estos consumidores sintieron remordimiento o algún otro sentimiento.
Ante los resultados, algunos fanáticos de las cifras y las investigaciones profundas se han postulado en contra del estudio argumentando que falta investigación social y antropológica. Una examinación de esta magnitud requiere mucho más que un muestreo, afirman. No obstante, el análisis fue una prueba muy acertada de que una gran cantidad de usuarios en Internet son asiduos a la pornografía. Esto sucede porque no existen restricciones para ingresar a numerosos sitios pornográficos; en realidad, con sólo buscar en Google la palabra “porno” el buscador nos arroja tantas opciones como deseamos.
Es innegable que el consumo de pornografía es alto en todo el mundo pero, ¿qué tipo de espectador porno eres? ¿Recreativo, compulsivo o angustiado?
Si quieres saber más sobre la industria pornográfica, no te pierdas estas 7 lecciones que aprendimos del porno y lee algunos datos que no conocías sobre los filmes eróticos.
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Referencias:
menshealthlatam.com
bbc.com
gotquestions.org
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Ilustraciones:
@regards_coupables