Hay términos abstractos imposibles de definir. El arte y la felicidad son algunos, pero el más difícil de todos, el que conjuga los dos términos anteriores y se compone de otros, es sin lugar a dudas el amor. Todos pueden tener una definición particular, por lo que es cierto que para entenderlo se necesita vivirlo. Las ilustraciones de Philippa Rice lo logran. Ella captura en ilustraciones esos momentos que significan amor y nada más.
Al pensar en los momentos más importantes de una pareja, muchos consideran esos grandes actos románticos que salen de lo común, los que rompen la norma de lo establecido, y sí, son importantes. Aunque parezca un cliché, el amor es algo que se demuestra todos los días. La ilustradora representó su intimidad con su novio ejemplificando lo que muchos viven continuamente.
Son escenas cotidianas que muchas parejas tienen en repetidas ocasiones. Algunas cosas parecen rutinarias, otras simplemente pasan desapercibidas, pero son esos actos que alimentan la relación. Crean ese mundo en el que solamente existen los dos y, que si es visto externamente, puede parecer bastante raro, pero para los dos es algo común, algo automático y también algo necesario.
No es decir te amo, no es llevar rosas o regalar diamantes. Es comprar su comida favorita cuando no se lo espera, es sentir frío y acercarse para calentarse con el contacto humano y no con una cobija, es ese largo abrazo que interrumpe el tiempo y se vuelve eterno, en el que los pensamientos realmente se disipan y solamente existe ese instante, ese contacto, ese cuerpo que se convierte en uno.
Philipa Rice es ilustradora y animadora digital, pero sus libros hablan mucho más que el trabajo por encargo. Entre las distintas series que hace, su libro Soppy es el que recoge estos detalles de amor. Las caminatas por las compras, el lento, mecánico e íntimo entrelazamiento de dedos e incluso las pequeñas peleas que surgen por orgullo o estrés, esas que no son deseadas, pero que sin querer te unen más la persona que amas.
Ella demuestra que el amor es simple. Sus ilustraciones no son grandes obras de arte en cuanto a técnica, pero lo recompensa en el mensaje. Las imágenes están hechas así para demostrar que eso es el amor, algo que se hace con pasión, que no busca demostrar algo a alguien externo sino a la persona que amamos y a uno mismo, porque la felicidad es algo que en una relación se comparte y aunque esos momentos nunca pasen a la historia como la gran muestra de amor, sí es lo que construye una relación.
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Fuente:
My modern Met