En 1968 los cuatro integrantes de The Beatles se trasladaron a la India para comenzar con un entrenamiento avanzado de meditación trascendental con el gurú, Maharishi Mahesh Yogi. Durante su estancia con el líder religioso, se dieron cuenta de que tenían un sentido de la vida un tanto equivocado y por ello decidieron, por decirlo de alguna forma, reordenarla. Este pensamiento también se vio reflejado en su música, a partir del “White Album”, sus letras y melodías tomaron un rumbo más espiritual.
Algunos piensan tener la vida perfecta o al menos tener todo lo que siempre anhelaron: un buen trabajo, una casa grande en medio de una gran ciudad, el coche de sus sueños; todo lo que la gente considera parte de un éxito indiscutible. Pero no todas las personas se conforman con las posiciones materiales, algunas personas se siguen sintiéndose estancadas en un mundo gris que poco les satisface. Ellos están conscientes de que todo lo que atesoran es producto de jornadas estresantes, monótonas e interminables; así que lejos de considerar todos sus bienes una recompensas a su esfuerzo, ven en estos objetos como monumentos a su agobiante estilo de vida.
La idea de que alguien pueda sentirse vacío aún al estar rodeado de lujos puede parecer ridícula. Sin embargo, la historia nos ha demostrado que incluso el hombre más famoso necesita tomarse un respiro para restablecer su conexión con la naturaleza, misma que perdió al dejarse atrapar por los destellos del materialismo.
Lo ideal sería que todos tuviéramos acceso a un guía que nos ayudara a abrir la mente, así podríamos ver las maravillas que nos ofrece el mundo, más allá de lo que pueden ver nuestros ojos. No obstante, podemos percatarnos de todo eso sin la intervención de nadie. Al menos eso es lo que nos hacen suponer las ilustraciones que Vanja Vukelić nos regala a través de “MerakiLabbe”, nombre que la artista dio a su más reciente serie de ilustraciones. Retratos de cuerpos humanos en su estado más natural y profundo; trazos a los que llama “meditaciones visuales”.
Sus imágenes representan seres humanos hechos de plantas, bajo la idea de que el hombre es un producto de la naturaleza. Estas imágenes nos hacen pensar que la clave para llegar a la iluminación y la paz interna siempre ha estado dentro de nosotros; nos conducen a imaginar que lo único que nos queda es encontrarla para rozar la satisfacción espiritual. Quizá el hecho de utilizarse a ella misma como modelo es una manera de crear ese vínculo con lo natural y su trabajo artístico.
Estas obras nos ayudan a entender que la vida no sólo se trata de un cúmulo de bienes materiales, sino de acciones diarias que determinan lo que es y será nuestro paso por el mundo. Vukelić nos convence de encontrar esa conexión entre nosotros y todo lo que nos rodea, con el fin de recuperar la paz en todos los sentidos.
Gracias a este concepto de purificación a través del arte, muchas personas han decidido tatuarse sus diseños como un recordatorio de la conexión con la naturaleza. De alguna manera, sus diseños han logrado ser parte de una realidad que olvida fácilmente lo que realmente importa.
Existen varias formas de retratar la estrecha relación que guardamos con el universo, pero las ilustraciones de Vukelić son especiales, a través de su visión ha logrado plasmar los sentimientos y deseos de muchos en originales líneas de tinta.
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Para conocer más acerca del trabajo de Vanja Vukelić puedes visitar su Instagram o su sitio web.