El sentimiento de pertenecer a un lugar nos da identidad. Este acto nos diferencia de las demás personas, ciudades, estados, países y continentes. La identidad se obtiene de todo lo que nos rodea, nos influencia y a su vez, nos muestra un reflejo de nosotros mismos. Tenemos la inquietud de adueñarnos de cosas, ideas y filosofías que se adecúen a nuestra manera de vivir y que la complementen de una manera integral.
En la naturaleza sucede algo similar pero a una escala mayor. Cada zona habitable de la tierra está definida por su geografía, orografía, clima, flora y fauna. La gran diversidad de factores naturales generan regiones muy distintas entre sí: valles, bosques, selvas, montañas, desiertos, glaciares, etc. Cada una de estas zonas forma complejos ecosistemas donde especies animales y vegetales conviven en equilibrio.
Las especies endémicas son aquellas que solo existen en una zona particular, lo cual significa que necesitan de todos los factores que se conjugan en su hábitat para sobrevivir. El equilibrio que le llevó millones de años a la naturaleza formar, en cualquier momento puede ser estropeada por el hombre. Al introducir especies extranjeras o invasoras se pone en peligro cualquier ecosistema, razón por la cual es muy importante utilizar una paleta vegetal de la región al diseñar cualquier parque, jardín o área verde.
Estas son unas cuantas de las especies endémicas de México:
Laelia gouldiana, orquídea endémica de México. Su floración abarca octubre y noviembre.
Agave tequilana, uno de los agaves nativos de México; se ubica principalmente en el estado de Jalisco.
Opuntia, cactácea conocida como nopal. México cuenta con 8 especies endémicas; este símbolo nacional se considera la “planta de la vida”.
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Órgano, su nombre científico Pachycereus marginatus, es una especie endémica de cactus que se ha extendido por todo el mundo.
El colorín es un árbol ornamental de flores rojas y hoja caducifolia cuyo nombre científico es Eritrina coralloides; se ubica principalmente en Norteamérica.
En México, 170 mil kilómetros cuadrados son considerados Áreas Naturales Protegidas. Estas áreas comprenden 34 biósferas, 64 parques nacionales, cuatro monumentos naturales, 26 áreas para proteger la flora y la fauna, cuatro áreas para la protección natural y 17 santuarios. Dentro de ellas se encuentra la mayor parte de la biodiversidad mexicana. Se pensaría que es más que suficiente con la cantidad de áreas naturales protegidas, pero de casi dos millones de metros cuadrados que comprende la extensión territorial de México, estas áreas abarcan solo una pequeña fracción del territorio nacional.
La reserva natural El Cielo, ubicada en Tamaulipas, es de las más importantes y la de mayor extensión en el noreste de la República. Con un poco más de 144 mil hectáreas, la reserva fue reconocida por las Naciones Unidas en 1987. Cuenta con cuatro ecosistemas intactos naturales, en los cuales alberga una gran cantidad de especies endémicas y en peligro de extinción.
Dentro de El Cielo se encuentra el Jardín Botánico y Arboreto de Alta Cima, ALCIM. Este cuenta con siete hectáreas de extensión y es hogar de muchos endemismos. Se divide en varias zonas: jardín de mariposas, colección de cactus, orquídeas, cycas del noreste de México, banco de germoplasma y herbario. A lo largo del año se imparten cursos y se organizan actividades que van desde programas de conservación, plantas medicinales y restauración ecológica hasta cursos para el público en general.
Mucha gente ha tratado de traer a su hogar plantas y animales exóticos que los han asombrado en viajes a otros países o continentes. Pero este es un grave error; introducir una especie nueva a un ecosistema quebranta el equilibrio natural y esta especie exótica puede morir al no corresponder al ambiente adecuado. Es por esto que hay que optar por buscar la belleza en lo que nos pertenece. Tenemos que rescatar la flora y fauna nativa, aprender a valorar esas especies que nos dan identidad y nos diferencian de otra región. Esto no solo nos ayudará a tener áreas verdes estables sino también a crear consciencia por nuestro entorno con el fin de preservarlo para las generaciones futuras.
Por: Humano Amarillo
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