¿Es posible morir de amor? Sí, pero no nos vayamos por lo dramático y melancólico, está científicamente comprobado y es cosa seria.
Se trata de una afección cardiaca comúnmente llamada el “síndrome del corazón roto” o también conocido como síndrome Takotsudo, con síntomas muy similares a los de un infarto. ¿Te es familiar que algunos pierden a un ser querido y al poco tiempo también fallecen?
Este padecimiento es consecuencia del estrés emocional que se llega a vivir tras una ruptura amorosa, aumentado la producción de adrenalina y noradrenalina, que disminuye el tamaño de los vasos sanguíneos, al generar ese dolor de pecho muy característico del síndrome.
No llega a ser tan peligroso como un infarto, es más, sólo corre riesgo un 2 por ciento de la población —en su mayoría mujeres con cambios hormonales por la menopausia—, pero con efectos dañinos a largo plazo para el resto de la gente.Esto ocurre porque el corazón bombea sangre de forma ineficiente y al presentarse de manera constante, puede provocarte la muerte. Literalmente estarías muriendo de amor.
¿Takotsudo? Parece broma, pero el nombre proviene de una vasija de cerámica usada para pescar pulpos en Japón, y debido a la deformación que sufre el corazón tras sufrir penas amorosas, se supone que toma la forma de este envase.
Si eres mujer, las posibilidades de que padezcas el trastorno se elevan hasta un 80 por ciento más si alguien “daña tu corazoncito” cuando tu edad sobrepasa los 50 años. Así que mejor piénsalo dos veces antes de ser grosero una vez más con tu abuelita.
Para fortuna de los que nos han roto el corazón, existe un tratamiento para curar este “mal de amores”, algo así como una receta para recuperarte de la gripe, pero con sintomatología que varía entre cada persona.Es más, esta afección puede solucionarse sin tratamiento alguno, pero se recomienda tomar medicinas para reducir la presión arterial y evitar problemas de hipertensión más adelante. A ello se le debe sumar la costumbre de aprender a vivir bajo estrés y controlar las emociones.
El crédito para este hallazgo sobre la sensibilidad del corazón no es sólo para los psicólogos, porque biólogos y veterinarios también se percataron que las emociones intensas dejan estragos en la fisiología del cuerpo.
No todos los desenlaces de amor trágicos nos llevan a padecer el síndrome, pero sí a pasar un mal rato. Los humanos somos sociables y es inevitable tener emociones, por lo que es importante comunicarlas y saber vivir con ellas.
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