Rebeldía, atrevimiento, sinceridad; palabras que golpean mi mente cuando pienso en la fotografía de Robert Mapplethorpe.
Y cómo no va a ser así si en su trabajo ha plasmado la ideología de toda una generación junto con sus héroes y máximos representantes; imágenes en las que lo sutil y lo agresivo comulgan para mostrarnos una cara del mundo que pocas veces nos atrevemos a ver por lo subterráneo de su naturaleza.
El arte fue por muchos años un reflejo del contexto en el que se creó, cualquier expresión nos dio –y continúa otorgando en ciertas ocasiones– una idea de los acontecimientos alrededor de sus autores. Los artistas denuncian o celebran ciertos escenarios según su relación con ellos; es como una especie de contrato en el que mientras las ciudades no dejen de dar de qué hablar, sus habitantes seguirán hablando.
Hay fotógrafos que atraen la fama capturando momentos precisos dotados de fuerza y belleza, causando en quien los observa un choque estético sin precedentes; por otro lado, existen fotógrafos que atraen el morbo de los espectadores para captar la popularidad que de otra manera nunca habrían obtenido.
En Marzo de 2016, HBO estrenó el documental “Look at the Pictures”. Es un filme biográfico sobre Mapplethorpe en el cual la idea que muchos tenían de este fotógrafo se modifica por completo. Si bien es cierto que la vida de un autor no debe relacionarse directamente con su obra, el caso de Robert es algo especial.
Pocas cosas mueven a un artista además del impulso creativo y estético; una de ellas es, sin lugar a dudas, el dinero. Hay quienes encuentran la fórmula correcta para ganar mucho dinero. Robert Mapplethorpe, por ejemplo, supo explotar el morbo de la gente plasmando en sus fotografías con referencias e iconos de la cultura underground de los años setenta, además de un guiño eterno hacia el comportamiento sexual más oscuro en la especie humana.
Patti Smith, Iggy Pop, Arnold Schwarzenegger y Andy Warhol protagonizan algunos de sus retratos más famosos; gracias a su amistad con Smith, Robert pudo acercarse a ellos sin ningún problema.
Para causar aún más impacto en sus espectadores utilizó dos minorías para crear fotografías de alto contenido erótico: la comunidad afroamericana y la homosexual se encuentran fundidas de manera provocativa en el trabajo de Mapplethorpe, quien además utilizó elementos sadomasoquistas para acentuar la carga ensordecedora de su obra.
La ambición de Robert no sólo se manifestó en el ámbito artístico, también afecto su lado familiar de una manera terrible. Por algunos años, su hermano Edward fue su asistente, sin embargo, cuando su trabajo comenzó a tomar popularidad decidió que no quería compartir el éxito y lo despidió.
Para poder realizar su trabajo, Mapplethorpe se valió de muchas personas; entre los más notables se encuentra Tom Baril, quien prácticamente fue el responsable de la calidad de las impresiones en blanco y negro que hicieron famoso al fotógrafo. Baril también fue despedido y reemplazado por Martin Axon quien utilizaba métodos de revelado más modernos.
A pesar de tener un innegable talento fotográfico, su carácter de artista quedaba en duda cuando lo entrevistaban. Según su biógrafa oficial, Patricia Morrisroe, nadie sabía con certeza si era tímido o solamente tenía pocas cosas que decir respecto a cualquier cosa. Es decir que nunca mostró demasiada brillantez en sus comentarios.
Muchas veces, nuestros héroes no son lo que pensamos, siempre será mejor admirarlos por su obra que verlos como ejemplos de vida. El caso de Mapplethorpe es apenas uno de los bastantes casos de artistas que ven en el arte sólo una forma más de hacer dinero, sin embargo ¿qué artista no lo ha hecho? Junto con Andy Warhol, este fotógrafo fue pionero en la comercialización del arte como un producto de consumo pues, a final de cuentas, todo trabajo debería ser remunerado de alguna manera.
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